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La silenciosa consecuencia del Covid-19
El Covid-19 trajo diversos cambios a nuestras vidas, uno de los más relevantes es el crecimiento en la adopción del teletrabajo, la cual ha abierto una peligrosa puerta para los fraudes cibernéticos, sobre todo en el sector financiero.
A su vez, el aislamiento social generó que las transacciones se vuelquen al entorno digital aumentando la actividad del cibercrimen a través de ataques como el Phishing, Ransomware, spear y voice phishing.
El riesgo está en todas partes y el sector bancario en Latinoamérica no es la excepción. Las instituciones financieras tienen hasta 300 veces más probabilidades de sufrir un ciberataque que otras empresas, por lo que es imperativo que refuercen sus medidas de ciberseguridad. Esto implica contraatacar tanto en los terminales ATMs, ya que son altamente vulnerables, como en los canales digitales, en los que el fraude ha ido en franco ascenso.
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